Maria Dueñas

La española María Dueñas se mete en la piel de un hombre con "La templanza" 14 mayo

La escritora española María Dueñas se mete en la piel de un hombre para reconstruir los lazos entre dos continentes, Europa y América, en el siglo XIX con su nueva novela, "La templanza", presentada hoy en la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Dueñas, autora de "El tiempo entre costuras" (2009) y "Misión olvido" (2012), regresa a la feria bogotana con "La templanza" (Planeta), una historia de coraje ante la adversidad y de un destino alterado por la pasión lanzada a mediados de marzo en España, donde es un éxito de ventas.

En su nueva obra, Dueñas (Ciudad Real, 1964) recurre a una figura masculina, la del indiano Mauro Larrea, después de que en las anteriores el protagonismo lo tuvieran las mujeres, según explicó en una entrevista con Efe.

"Realmente la historia me pedía un hombre porque es un momento histórico que vuelve a la segunda mitad del siglo XIX", explica sobre el personaje de Larrea, "un español de origen que viene a América, a México en concreto, cruzando el océano en busca de un futuro mejor".

La autora recuerda que en esa época era muy común en España la expresión "hacer América", que llevó a muchos hombres principalmente, y en menor grado a familias enteras, a buscar suerte en las excolonias del otro lado del Atlántico donde muchos, después de encontrar fortuna, regresaban con ostentación a su país, donde se les llamaba "indianos".

Según Dueñas, aparte de que la historia de "La templanza" requería de un personaje masculino, también le apetecía meterse "en la piel de un hombre", una experiencia con la que tuvo un acercamiento en "Misión Olvido" donde la "protagonista absoluta es una mujer, Blanca Perea", que sin embargo tiene dos hombres a su lado, un exiliado español, Andrés Fontana, y un profesor estadounidense, Daniel Carter.

"Cuando me metí en sus huesos y trabajé con ellos quedé muy a gusto y al final me parece que resultaron unos personajes muy creíbles, muy solventes, muy sólidos y los lectores así los vieron, y en esta tercera aventura me arriesgué con un hombre en el protagonismo absoluto aunque luego se le cruzan las mujeres y también ellas tienen fuerza", explicó.

Una de esas mujeres es Soledad Montalvo, esposa de un marchante de vinos de Londres que entra en la vida de Mauro Larrea, el protagonista, de una manera "perturbadora" y lo conduce a los viñedos de Jerez.

Larrea es un minero que luego de enriquecerse, conocer el éxito en todos los sentidos y convertirse en un personaje ilustre de la sociedad mexicana del momento, "se arruina por un golpe de mala suerte" lo que le obliga a iniciar un proceso de reconstrucción de su vida que le llevará a La Habana y luego a Jerez, la ciudad del sur de España célebre por sus vinos.

De las tierras de Jerez surge el nombre de la novela, pues "La templanza" es el nombre de una viña que fue del legendario clan bodeguero Montalvo, "y que por una serie de carambolas, del destino, cae en manos de Mauro Larrea".

"Es un doble juego porque la templanza es también la virtud cardinal de la que el protagonista carece a lo largo de casi toda la novela", explica.

Para escribirla, Dueñas se sirvió de su historia familiar, pues su abuelo trabajó toda la vida en una compañía minera francesa en España y desde pequeña conoció algo de ese mundo.

"Mi casa siempre ha estado llena de libros de minería, el pueblo donde yo nací era un pueblo minero también. Siempre ha habido esas referencias en mi casa y en mi entorno y aunque no lo conozco a fondo sí que reconozco que es un universo que me es familiar", añade.

En cuanto al mundo de los vinos de Jerez en el que Larrea busca recuperar la fortuna perdida para luego regresar a México, la escritora afirma que se sumerge en él por "puro gusto", que comparte con su padre.

Dueñas considera que "La templanza" es la mejor de sus novelas y la que más trabajo le ha costado, "porque a pesar de estas referencias vinculadas a mi conocimiento y un poco a mi familia, tampoco tenía unos agarres firmes en los que buscar ayuda o sustento o referencias cuando me hicieron falta", a diferencia de las dos anteriores.

"Aquí vuelvo 150 años atrás a unos mundos que conozco, que aprecio pero que no son los míos, con lo cual ha sido la más trabajosa de las tres y quizá por eso sea de la que más orgullosa me siento ahora mismo porque ha sido un reto y un desafío", concluye.

La novela es número uno de ventas en España y está también entre los primeros lugares en Colombia, desde donde Dueñas partirá hacia México, país donde transcurre parte de "La templanza", para hacer la presentación la próxima semana.

Noticia publicada en: Eldia.es
La autora española María Dueñas presenta su novela "La templanza" 14 mayo

Un itinerario que lo llevará de México, a La Habana y a cruzar nuevamente el Atlántico rumbo a Jerez, una ciudad española adonde llega por el azar de una carambola, cuyo efecto trae aparejado la pasión y una nueva apuesta, quizás la definitiva. 

María Dueñas (Puertollano, Ciudad Real, 1964) es doctora en Filología inglesa. Tras dos décadas dedicada a la vida académica irrumpe en 2009 en la literatura con El tiempo entre costuras, a la que sigue en 2012 Misión Olvido" Ambas ha sido traducidas a 35 lenguas, con más de cinco millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.

De visita en Buenos Aires para participar en la Feria del Libro la autora conversó con Télam acerca de su última novela, recién publicada por Planeta.

Hay un trabajo con la psicología de tus personajes, intentás describir sus contradicciones ¿Tenés esa percepción? 
Son personajes como todos, con nuestras grandes luminosidades y nuestras más siniestras miserias. Quiero esa carga de humanidad, no quiere héroes absolutos, que ellos muestren también su mezquindad, el egoísmo, la ilegalidad o la altanería. 

El protagonista no teme arriesgarlo todo en un segundo...
Mauro ha arriesgado siempre, si no lo hubiera hecho seguiría en su mísera aldea de Castilla, con la mísera herrería de su abuelo. Él se arriesga, agarra a sus niños muy chiquitos, cruza el océano sin saber que le va a deparar esa nueva aventura, sin saber si va a morir en el fondo de una mina de plata hasta que sale adelante, cuando en México vuelve a perder todo se arriesga de nuevo. Y su riesgo más temerario es una partida de billar en La Habana, pero claro eso es pura ficción.

Luego de esa mujer entrañable, Sira Quiroga, que creaste en Tiempo entre costuras ¿cómo te fue con un protagonista varón? 
Me ha resultado muy cómodo, pensé que iba a ser un reto más fuerte, es un hombre con todas las de la ley, pero al final es un ser humano. También hay dos mujeres que tienen su influencia en la vida de Mauro: Carola Gorostiza y Soledad Montalvo.

El título de tu libro da nombre a una bodega, aunque puede aplicarse a una virtud que en Mauro despierta hacia el final...
Sí, la novela tiene más de 500 páginas y salvando las 20 últimas Mauro va desbocado, precipitado de urgencias, impetuoso, tiene de todo menos templanza. Al final, cuando su vida da un vuelco dramático llega la templanza. Es un hombre que en ese correr ha olvidado emociones, sentimientos, tiene claro sólo a sus hijos. Conoce a Soledad en el momento más vulnerable de su vida, casi derrotado. 

¿Por qué la ciudad de Jerez como escenario principal?
Yo quería volver a mirar aquel Jerez bodeguero del siglo XIX y sobre todo a la vertiente del comercio con Inglaterra en ese entonces. Yo soy filóloga inglesa y toda la vida he conectado con el mundo británico y la relación que hubo con esa ciudad. 

¿Cómo fue la evolución del negocio del vino en Jerez?
Jerez es nombrada desde la Edad Media, el comercio del vino ya estaba presente, la ciudad aparece mencionada por la sociedad y la literatura inglesa (desde Shakespeare hasta Agatha Christie), pero es verdad que en el siglo XIX hay una serie de cambios cuando se instauran bodegas legendarias y lo que simbolizan éstas -en términos económicos- por generaciones, algunas continúan hasta ahora.
 
Durante siglos hubo un gremio muy potente que regulaba la actividad, ponía las normas de cómo elaborar el vino, cómo comercializarlo, muy estricto y segmentado: el que cultivaba el vino, no lo podía comercializar y esto provocó muchos pleitos hasta su abolición. En esos años nació la figura del bodeguero global, estaba en el negocio de principio a fin y era un gran exportador. Ese cambio de mentalidad lo convirtió en un empresario moderno para la época. Y era la figura que me interesaba recomponer. 

¿Cuánto tiempo te llevó documentarte?
Siempre estoy unos tres o cuatro meses sin escribir una línea, tramando la novela, la hoja de ruta, pensando. Visito los lugares y cuando tengo las coordenadas más o menos claras escribo. 

Sin embargo te cuidas en no apabullar con datos...
Exactamente, investigo mucho, saco información pero luego la exprimo, dejo que salgan unas gotas nada más. Como lectora no me gusta entorpecer la narración y por eso dosifico los datos para que no se noten. Pongo nada más que la sal y la pimienta.

Los otros dos escenarios de la novela son México y La Habana en un período de grandes transformaciones...
Documentándome sobre Jerez, supe que alguna de aquellas bodegas, varias del siglo XIX fueron establecidas con capitales que venían de América por los indianos: españoles que vinieron a América e hicieron fortuna, y después de la independencia de las colonias volvieron a la madre patria para invertir esos capitales en negocios prósperos como el vino en esos días. 

Me parecía interesante para mi protagonista Mauro Larrea, usar ese molde del indiano salvo que en vez de ser uno convencional, cargado de dinero, él viene solo con la fachada, sin nada, dispuesto a recuperarse en España. 

Tu escritura tiene una impronta muy visual, es fácil imaginarse lo que contás, algo que se vio en Tiempo entre costuras, y luego en su adaptación a la televisión en una serie.
Sí, justo cuando escribía el libro, la estábamos mirando por televisión en Antena 3, quise voluntariamente blindar la novela para evitar el contagio. No quería un guion automático, no he querido llevarme por esa tentación, pero es verdad que la novela es muy visual, me gusta crear esos escenarios evocadores con algo de nostalgia, sobre todo La Habana, una ciudad muy ligada a los españoles. 

¿Cómo te cambió la vida el éxito de Tiempo entre costuras?
No tanto como parece, dejé la universidad, creo que es el cambio fundamental. El proceso de escribir una novela es bastante similar a cuando investigaba, encerrada con mis proyectos académicos. El contacto con la docencia a diario hoy lo hago con los lectores, con los medios. Y me he esforzado en poner un freno para que esto no desboque mi vida.

En la literatura ¿qué rol juega la académica?
Yo utilizo mi mente académica, soy metódica, estructurada, intento al escribir que todo fluya de la manera más natural, pero siempre el procedimiento es muy riguroso, es como estoy acostumbrada a trabajar y como lo hago más seguro. Dosifico, planifico, organizo y ya...

Noticia publicada en: Portal Argentino
María Dueñas:"No voy a partirme el pecho con nadie que diga que solo escribo 'best sellers'" 14 mayo

Sira en ‘Tiempo entre costuras’ y Blanca en ‘Misión olvido’. Mauro Larrea en ‘La Templanza’ es su primer protagonista masculino, ¿quería romper estereotipos?

Me apetecía desde hace tiempo escribir sobre hombres y en ‘Misión olvido’ hice una especie de experimento con dos coprotagonistas importantes. Quedé contenta, me sentí cómoda, salieron unos personajes solventes y eso me dio la seguridad para lanzarme con un protagonista absoluto masculino, aunque hay muchas mujeres potentes a su lado. Ha sido muy grato, interesante y satisfactorio. Nos hemos llevado bien.

¿Quería dejar claro que no escribe solo por y para las mujeres?

No voy a molestarme siquiera en hacerme un esfuerzo por romper las etiquetas, que cada uno piense lo que le dé la gana. Simplemente lo he hecho porque me apetecía, porque quería. La historia, por el momento y las vicisitudes que tiene, requería más un personaje masculino. No tengo que demostrarle nada a nadie.

Se va a hacer las Américas. La historia se desarrolla entre La Habana, México y Jerez de la Frontera en la segunda mitad del siglo XIX...

La idea arranca con Jerez. Quería retornar al Jerez de mitad del siglo XIX de los bodegueros, y explorando aquel mundo supe que algunas de las grandes bodegas de aquella época se habían establecido gracias a españoles que emigraron a las colonias e hicieron fortuna, muchos en la minería de plata mexicana. Por eso Mauro Larrea es un indiano, aunque falso. Me interesaba no solo el Jerez de la producción de vino, sino también el comercio internacional y, sobre todo, con Inglaterra. En la cultura inglesa el ‘sherry’ aparece continuamente en autores como Shakespeare, Chaucer o Agatha Christie.

Así y siendo usted doctora en Filología Inglesa, sorprende que no se recree en Londres...

Londres merece una gran novela. La otra protagonista, Soledad Moltavo, vive allí.

En otras novelas sus trasfondos tenía que ver con sus propias experiencias, el Marruecos familiar, la vida universitaria... ¿qué hay de usted en estos nuevos escenarios?

Nada, excepto mi querencia por los tres que ya conocía y me parecían tremendamente seductores. Por esta falta de conexión personal, y porque es la historia más alejada en el tiempo que escribo, es la que más trabajo me ha costado. He ido más a ciegas porque tampoco hay personajes históricos que me ayudaran un poco a trazar la línea narrativa.

‘La Templanza’ es el nombre del viñedo del protagonista y una virtud de la que parece carecer, ¿la hemos dejado de lado?

A Mauro Larrea le falta durante toda la novela hasta casi el final. Yo creo que es una virtud humana y cardinal altamente deseable, porque en algunas facetas de nuestra vida vamos excesivamente arrebatados, lo queremos todo y ya, y eso crea insatisfacciones, frustraciones y mala leche. Si tuviéramos un poco más de templanza la vida nos resultaría un poco más fácil.

Sus protagonistas son auténticos supervivientes, ¿también usted?

Me gustaría pensar que sí. Yo no vivo las peripecias de ellos, pero soy una persona constructiva. Cuando la vida te da golpes, que nos los da a todos, prefiero tener una actitud positiva, intentar levantarme y continuar con determinación. Me gusta la gente que no se acobarda, que no se queda derrumbada y que busca recursos para seguir adelante. Prefiero pensar que soy una de ellas,

Tras el éxito de la serie ‘El tiempo entre costuras’, ¿se ha sentido presionada por una posible adaptación televisiva?

Yo he intentado férreamente no verme contagiada. Estaba escribiendo ‘La Templanza’ y tenía cinco millones de espectadores en Antena 3. He procurado blindarme conscientemente porque, si no, hubiera escrito un guión potencial. No quería que la novela naciera con un alma distinta a la suya, que coja vuelo sola y, lo que tenga que venir, vendrá.

Desde la distancia, ¿cómo ve el polémico decreto Wert del 3+2?

No tengo una opinión. Me parece que son pérdidas de tiempo y energía, hay prioridades más importantes y urgentes que andar continuamente cambiando los planes educativos.

¿Le molesta la etiqueta de escritora de ‘best sellers’?

La palabra ‘best seller’ se está manipulando. Ahora hay un uso pervertido de ella como si fuese un género literario en sí mismo carente de calidad, pero tampoco me voy a partir el pecho con nadie porque tenga esta mirada torticera y manipuladora. Un ‘best seller’ es algo que vende mucho y de ello estoy encantada.

Noticia publicada en: Heraldo de Aragón