MarÃa Dueñas: «Tras el éxito de El Tiempo entre Costuras dijeron que me hundirÃa, no tuvieron buen ojo» 3 julio
Su nueva novela, 'La Templanza' está destinada a asomarse desde todos los capazos de playa de estas vacaciones. Una cosa habitual, Dueñas es como el rey Midas, no hace oro lo que toca sino lo que escribe. Reconoce que siendo escritora con éxito una se hace decentemente adinerada.
¿Usted tiene temple o se acalora con facilidad?
Por lo general soy bastante templada, hasta que me ponen en el disparadero.
¿Cómo se elige un nombre con fuerza para los personajes principales? Ya veo muchas niñas llamadas Soledad después de leer la novela...
Los nombres los elijo dándoles muchas vueltas, barajando distintas opciones, haciendo listas, tachando, añadiendo... No sé si llegarán muchas niñas llamadas Soledad, pero me consta que Siras ya hay unas cuantas.
Bueno, eso y que los viajes a México y La Habana van a aumentar, ya verá.
Me parecería fantástico: son dos ciudades fascinantes que todo el mundo debería conocer.
¿Se enamoraría de Mauro Larrea? Fíjese, yo sí.
Yo también, seguro.
¿Cuál es su tipo de galán deseado? ¿Y qué hombre rechazaría de lleno?
Hoy por hoy, mi galán es precisamente Mauro Larrea, un carismático minero arruinado que, en el momento más insospechado de su vida, se vuelve a enamorar. Y rechazaría a alguien con el carácter y el temple contrario al de mi protagonista, alguien blandito, cobarde y timorato.
Mauro es un rico minero, apuesta todo a una sola carta y pierde, intenta buscar una solución, pagar sus deudas y de paso no perder su estatus en México. ¿A las personas se les respeta más por el dinero que tienen?
Yo no, desde luego. Respeto a mi personaje por su carisma, por su coraje. Y lo respeto sobre todo cuando la vida lo fractura, lo deja arruinado y él pelea con uñas y dientes por salir adelante otra vez.
¿Todo el mundo puede escribir? No pregunto si tienen derecho a hacerlo, que obviamente sí, pero, ¿no es demasiado osado escribir sin saber?
Todo el mundo puede probar, naturalmente. Otra cosa son los resultados...
¿Qué opina de los que miran a los "best-seller" con recelo y por encima del hombro?
Que, en el fondo, seguro que les encantaría ser capaces de escribir uno.
¿Siendo escritora de éxito se hace una decentemente adinerada?
Decentemente, usted lo ha dicho.
¿Cómo es un día en su vida cuando escribe? ¿Algunas rutinas?
Suelo salir a andar a primera hora de la mañana: una caminata larga en la que reflexiono, repaso mentalmente lo escrito el día anterior y planifico mi jornada de trabajo. Después me encierro en mi estudio y, con las naturales paradas, me mantengo frente al ordenador hasta las siete u ocho de la tarde.
No quiero olvidarme de Fausta, la solterona fácilmente enamoradiza. ¿No le dio pena este personaje? Pobre mía.
Un poquito de pena sí, he de reconocer. Pero Mauro Larrea andaba desesperado y... en fin, tenía que haber alguna víctima colateral.
Los protagonistas no son precisamente jovenzuelos. ¿Los 50 son los nuevos 40?
Los 50 son los 50, una década estupenda.
¿Qué echa de menos de cuando era más joven?
Se me ha olvidado ya.
Bodegueros en Jerez, ¿usted suele beber vino?
Excepto por causa mayor, bebo vino todos los días para comer y cenar.
¿Cuándo le resulta más apetecible acompañar algo de una copita de jerez?
En el aperitivo de mediodía. O por la tarde-noche, al terminar de escribir.
Ambientas las novelas en otras épocas, años... ¿En cuál le hubiera gustado nacer a usted?
Me quedo donde estoy, gracias.
¿Qué ha sido lo más bonito que le han dicho de sus libros? ¿Y lo más feo, lo que escuece?
Me gusta oír a los lectores que mis libros les transportan a otros universos y les proporcionan ratos de felicidad. Lo más ingrato que ha dicho es que me hundiría como escritora tras el éxito sobrevenido de mi primera novela. Pero está visto que no tuvieron buen ojo, por fortuna.
Definitivamente, Mauro sería mi tipo.
Mil gracias. A mí también me encanta Mauro!